¿Estás todo el tiempo dándole vueltas a tus problemas? ¿Te aburres de escucharte a ti mismo hablando y pensando de lo mismo? ¿Qué tal si te digo que no estás tan mal como tú piensas?

En general, tenemos la tendencia a pensar que nuestro drama personal es el más terrible de todos y la verdad, es que cada uno sufre lo suyo. Hay una sugerencia muy utilizada que es pensar que puedes estar peor o que hay gente que está peor que tú. Tal vez esto, te dé algo de perspectiva, pero nada más. A mí, particularmente, no me sirve de nada y al final, es poner el foco en lo negativo, «yo estoy mal y éste está peor». Además, también es cierto que podrías estar mucho mejor y que hay gente, que está mejor.

 

¿Te pasa lo mismo?

 

Y es que es difícil separarse del problema y verlo con otra perspectiva, porque estamos inmersos en él, además hay distintos tipos de problemas, unos son más graves que otros, o eso es lo que nosotros pensamos ya que, hay gente que no los clasificaría igual que nosotros y ya esto, nos da una pista de que algo se nos está escapando. ¿Alguna vez te has planteado realmente por qué vemos los problemas de maneras diferentes?

 

Mi gran (y grave) problema, para otra persona, no lo es tanto…hmmmm interesante.

 

¿Te ha pasado que te lo hayan dicho? o, por el contrario, cuando tú cuentas un problema que para ti simplemente es algo que resolver y punto, pero para la otra persona, es terrible.

 

Esto demuestra claramente que cada uno de nosotros tenemos una percepción de la realidad, nadie «ve» o conoce la verdad absoluta. De ahí que nos den diferentes consejos ante un mismo problema. Ya sabes, te reúnes con amigas, todas comparten sus problemas (y las cosas bonitas también) y cada una dará un consejo diferente, a lo sumo, pueden coincidir algunas, pero es raro que haya unanimidad.

 

Hay muchos factores que influyen para que tengamos puntos de vista diferentes, y estos pueden ser: las creencias, los valores, el humor de este día, la emociones, si tenemos las hormonas equilibradas, si la comida nos cayó pesada, o si por el contrario, nos cayó bien, etc.

 

Te parecerá muy extraño lo que he citado, pero es real, y te lo podría explicar uno por uno, pero si lo hiciera, este artículo sería muuuy largo y prefiero ir al grano.

 

Tal vez sea un poco más fácil de ver si hablamos de emociones, simplemente, si ese día estás positiva y alegre, los problemas tendrán una carga diferente, que si por el contrario, te has levantado mal y has discutido con tu pareja o un colega del trabajo, en este caso, lo verás todo peor de lo que es. En mi programa «Soberanía Consciente» (que puedes echarle un vistazo aquí) hay un módulo dedicado a descifrar los mensajes de las emociones, porque ya que las vamos a disfrutar o en ocasiones, a padecer, hay que aprovechar su utilidad como mensajeras.

 

A mí me gusta ver los problemas también como mensajeros, pues me están dando un mensaje claro: he llegado a mi límite de consciencia o zona de confort y toca ampliar.

 

Cada uno de los problemas, trae una gran oportunidad

Si bien pueden traer dolor e incomodidad, traen un regalo: nuestro crecimiento interno.

 

Entonces, vamos a convertirnos por un momento, en cirujanos de problemas y vamos a diseccionarlos:

 

Podríamos decir que cada problema se divide en 3 partes: los hechos, la emociones que generan y el potencial que traen (el regalo).

 

Te propongo lo siguiente (ya sabes que adoro ponerte a trabajar :)). Elije un problema, coge tu libreta y apunta lo siguiente:

 

LOS HECHOS:

 

Apunta el problema que has elegido y a continuación, apunta los hechos absolutos. Deja de lado las emociones que te genera o las repercusiones que el problema tendrá en el corto y largo plazo (porque lo cierto, es que no las sabes, solo las intuyes).

 

Voy a trabajar con un problema como ejemplo, creo que te puede ayudar. A continuación, tienes el problema expuesto, tal y como lo podría pensar y exponer una persona:

 

«Me han cancelado la ida del vuelo que tenía comprado para ir a ver a mi familia, lo que me ha ocasionado rabia y tristeza. Además lo veía venir, no sé por qué no hice caso a mi intuición. Ya me veo pasando las Navidades aquí sola, o peor aún, todo el invierno»

 

Apunta los hechos:

 

«Me han cancelado el vuelo de ida. Tengo el de vuelta».

 

De hecho, este ejercicio te servirá también para poner en perspectiva, de verdad, el asunto que has de solucionar. Al sacarle las emociones, serás mucho más pragmática a la hora de resolverlo.

 

LAS EMOCIONES:

 

Rabia, frustración, tristeza, preocupación, ansiedad, culpa, auto-reproche, apatía, etc.

 

EL REGALO:

 

Creatividad: toda resolución de un problema, conlleva la creatividad

Paciencia: cultivarla para esperar el resultado y no sufrir el proceso

Negociación: si tengo que discutir nuevos términos con la aerolínea

Firmeza: saber lo que quiero

Reafirmación de lo que quiero: ¿Realmente quiero hacer este viaje?

Satisfacción: por la solución que voy a co-crear

Confianza: en mí y en el proceso de la vida

Perseverancia: en caso de que la solución tarde en venir

Adaptabilidad: al nuevo escenario

Aceptación: de cómo están las cosas y de que talvez, sean diferentes a como las había planificado

Asertividad: comunicar de manera clara, respetuosa y firme, lo que quiero

 

 

No estoy segura de que tenga que explicarte mucho más, ¿Verdad? Es obvio que los beneficios son mucho mayores que, lo que en principio, parece algo malo.

 

 

Sé que estás pensando: que ni loca te pondrás a hacer todo este análisis, pero te aseguro que vale la pena, porque si lo haces un par de veces, luego ya lo puedes hacer de manera mental, pero escribir tiene «magia» y es que el cerebro registra todo de una manera más clara y eficaz y encima, se descarga. También evitarás darle vueltas a lo mismo en bucle.

 

Otra opción para convertirte en maestra de tus problemas (o mejor dicho, de tu crecimiento) es elegir un problema que no sea tuyo, sino de alguien cercano y haces el ejercicio. Así estarás más desapegada y podrás ver el regalo con mucha más claridad. También, podrás ayudar de manera más eficiente y práctica a esa persona, pero ojo con empezar a ser «el salvador» de todos, tú has de ser tu prioridad.

 

¿Qué te han parecido estos consejos? Aplicarlos es uno de los primeros paso en tu auto-cuidado. A mí me pasa, que veo determinadas situaciones como si fueran problemas, pero al hacer la disección ¡No lo son! Sino que en realidad, son solo proyecciones mentales, miedos o preocupaciones.

 

Esto es muy interesante de ver, sobre todo cuando empiezas a discernir qué es realmente un problema y cómo abordarlo.

 

¿Estás harta de tu rutina? Yo también lo estaba hasta que descubrí mi propósito y me dirigí hacia él y cada problema con el que me topé me ayudó a crecer y a seguir adelante viendo las cosas de otra manera.

Si quieres descubrir «tu gran para qué» agenda una sesión gratuita conmigo hoy mismo.

La vida que quieres comienza aquí

Sueña, imagina, ¡No hay límites!

Descárgate mi guía gratuita y Diseña tu vida ideal

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *