Respuesta a tu pregunta: Cómo dejar de rumiar lo que me preocupa en mi relación de pareja.

 

El acto de “rumiar” se asocia con la depresión (pensamientos repetitivos respecto al pasado) y la ansiedad (pensar que el futuro será negativo proyectando en él elementos de un pasado fallido) en donde nuestro foco está puesto en causas y/o consecuencias de algún hecho o situación estresante. 

No se enfoca en soluciones, sino en dar vueltas al problema o a eso que te estresa.

Dale al play o lee abajo la transcripción.

 

En general rumiamos sobre:

 

1- La culpa. Buscamos a un culpable que puedo ser yo mismo. 

2- La injusticia. Damos vueltas a la idea de lo injusto que ha sido lo que ha pasado. 

3- Un evento que ya ha pasado. Una discusión, una relación que terminó. Un trabajo del que te han despedido. Te preguntas que podrías haber hecho para evitarlo y de cómo esta situación te llevó a dónde estás ahora. 

4- Enfocarte en tu estado de ánimo actual cuando este es negativo. Cuando estás ansioso, triste, deprimido, rabioso, etc.   

 

Rumiar es algo que podemos hacer de vez en cuando, pero si estamos todo el día, todos los días rumiando, esto puede traer otros problemas. 

Rumiar es un componente de los trastornos obsesivos compulsivos, déficit de atención, está muy relacionado con la ansiedad y la depresión, puede traer problemas de alimentación.

También nos cambia el estado de ánimo porque está directamente relacionado con la falta de confianza. 

Hace que el estado emocional de baja vibración se perpetúe gracias a los pensamientos negativos. 

Como te decía, rumiar es normal de vez en cuando ya que nuestro cerebro tiende naturalmente a la negatividad porque esta manera de funcionar asegura nuestra supervivencia.

Y el trabajo y las relaciones son consideradas de supervivencia para el inconsciente. 

Ya que es trabajo está directamente relacionado con el alimento y las relaciones con la sensación de pertenencia y por lo tanto, de seguridad. 

Pensar una y otra vez en aquello que pasó o que podría pasar, puede parecernos útil para reparar una situación o para evitarla, pero nada más lejos de la realidad. Rumiar nos llevará a un estado de negatividad y no nos aportará ninguna solución

 

Es difícil salir del ciclo cuando ya te has acostumbrado a rumiar, pero es importante reconocer que no sirve de nada y que te drena de tu energía.

En este punto, quiero que tengas en cuenta que los pensamientos no son ciertos y no te los tienes que creer. 

Quiero que a partir de ahora, consideres a los pensamientos como lo que son: propuestas de tu cerebro. 

Son propuestas de escenarios ficticios para protegerte o prepararte para lo peor. Recuerda que nuestro cerebro tiene este instinto de supervivencia.

Y aquello que más pienses se reproducirá, reforzando así esa red neuronal y cuanto más se refuerce más te costará salir de ese estado.

 

Vamos a ver que puedes hacer para salir de esta incómoda situación:

 

1-Reconocer que estás rumiando.

Esto es clave, ya que hará consciente lo inconsciente. Para cambiar algo hay que reconocerlo primero. 

Tienes que reconocer también que no te ayuda en nada. Si sientes que debes rumiar porque te trae un beneficio, recuerda que rumiar no está orientado a las soluciones. Es decir, debes aceptar que no te trae nada bueno. 

Y di en voz alta: “estoy rumiando” esto ayuda a detener los pensamientos repetitivos. Repítelo todas las veces que sean necesarias.

 

2-Pregúntate qué puedes hacer para salir de este estado. 

Tal vez sea llamar a un amigo con el que hayas acordado pedirle ayuda para dejar de rumiar, o hacer ejercicio. 

Escribir, dibujar, bailar, cantar.

La idea es dejar de reforzar estos pensamientos repetitivos con lo que sea que te resulte. 

Puedes hacer una “cita” en tu calendario para enfocarte en solucionar aquello que te hace rumiar. 

Tal vez necesitas cambiar algo en tu carrera profesional, tal vez en tu relación de pareja. 

El cambio es una de las mejores cosas que nos pueden pasar y que sin dudas, te va a pasar. Aprovéchalo o provócalo.

 

3-Deja de generalizar. Deja de pensar en términos de “nunca” “siempre” “todo” “ninguno” estas generalizaciones no son ciertas. 

Por ejemplo, en vez de decir “nunca me va bien en mis relaciones de pareja” puedes ver en qué aspectos podrías mejorar. Tal vez practicar la asertividad o establecer tus límites dentro de la relación. 

Y fíjate una cosa, cuando dices “nunca me va bien” estás en modo víctima, como si no pudieras hacer nada. 

Ponte en modo proactivo YA si te interesa tu relación de pareja. 

 

4-No te etiquetes. Deja de decirte a mi mismo: “Soy un fracaso en mis relaciones” en cambio puedes detectar que quieres mejorar y tomar acción. 

 

5-Deja de ignorar lo que haces bien o las cosas buenas que te pasan. Cuando has hecho algo que ha generado un malestar en tu relación, antes de empezar a castigarte cuenta también todo lo bueno que has hecho y generado. 

Es lo justo. Además desarrollarás el hábito de quererte y valorarte. 

 

6-Puedes practicar mindfulness para anclarte en el ahora. A muchas personas les sirve como herramienta.

Si no sabes nada de mindfulness, puedes empezar por tomar conciencia de:

  • 5 cosas que puedes ver
  • 4 cosas que puedes escuchar
  • 3 cosas que puedes sentir (por ejemplo, el tacto de tu ropa en tu cuerpo, el aire en tu rostro)
  • 2 cosas que puedes oler
  • 1 cosa que puedas saborear  

 

¿Por cuál vas a empezar? 

Déjame un comentario que me encantará leerlo. 

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