Hay que trabajar la confianza, el merecimiento y tomar acción.
Confianza en ti y en la vida
Para eso, has de dejar de compararte, la comparación te lleva a la envidia, a los celos y al sufrimiento en general.
Nada bueno viene de la comparación.
Cuando te comparas piensas que:
1- Si tienes eso que tiene el otro, serás feliz.
Si no eres feliz ahora, hay posibilidades de que no seas feliz teniendo eso que tu piensas que te falta.
2- No existe peor o mejor que tú.
Cuando te comparas y piensas que estás peor, estás ya partiendo mal desde la base.
Lo que tú ves e identificas como bienestar o felicidad en el otro, es producto de tu interpretación y podrías estar haciendo falsas asociaciones.
Por ejemplo: esta persona está en pareja, por lo tanto, debe estar feliz.
Tu y yo sabemos que estar en pareja puede ser un infierno cuando no estás bien y no haces nada al respecto.
Si te comparas y piensas que estás mejor, cuidado, es una trampa. Compararse para bien o para mal, son dos caras de una misma moneda y además no te lleva a nada más que a inflar tu ego.
3- Todo lo que te pasa, pasa para ti, es una oportunidad para crecer, aprender y para ser feliz en última instancia.
No tengas ninguna duda que todo te lleva a un lugar en donde puedes aprender y disfrutar.
Camina sin miedo, avanza.
Muchas personas viven pensando que el futuro es un lugar peligroso y puede ser hostil, tienen miedo al cambio, pero la realidad es que construyes tu futuro paso a paso hoy.
El futuro no es un lugar incierto, es lo que tú creas.
Merecimiento
Te lo mereces todo.
Estamos educados en el ganar con trabajo duro y esfuerzo.
“Ganarse la vida”
“Me he ganado unas vacaciones”
“Me lo ha ganado con el sudor de mi frente”
Todas estas frases hacen referencia al merecimiento.
Parece que no merecemos sino sufrimos, si no hay esfuerzo.
Sin embargo, la realidad es que todos nos merecemos lo mejor que la vida tenga para ofrecernos.
No hace falta hacer méritos. Cuando juzgamos como negativo que a una persona le vengan las cosas con facilidad, pueden ser los amigos, el dinero, las parejas, los hijos, la salud…lo que sea, nos estamos negando la posibilidad que a nosotros nos vengan las cosas con facilidad.
Enfócate en lo que tú si quieres para ti.
Si sientes envidia, aprovéchala a tu favor, puesto que esa emoción te marca lo que quieres, y a partir de ella, puedes determinar tus objetivos alcanzables.
Si quieres ampliar y ahondar en este tema, te dejo el video que preparé sobre el merecimiento.
Por favor, vigila tu diálogo interno. Cuídate del diálogo victimista.
Las palabras son muy poderosas, crean realidad y son la manifestación de tus pensamientos.
Es por eso que tengo un módulo entero en mi programa sobre el diálogo interno.
Por ejemplo:
- Tengo un problema
- Tengo miedo
- Odio este trabajo
- Odio esta situación
- Estoy harto
- Estoy cansado
- No me gusta
Sin contar las veces que responsabilizamos al exterior de lo que nos pasa:
- Me habló mal
- Me hizo “tal cosa”
- Me mintió
- Me arruinó el día
Y la clave de todo esto es que vemos el mundo según como somos y no es algo estático.
Hay días que una misma situación nos parecerá bien y otros, mal.
El cristal con el que vemos el mundo se forma con las creencias y éstas con los pensamientos repetitivos que se convertirán en tu diálogo interno.
¿Ves porque es importante cuidar tu diálogo?
Esta forma de hablar interna y externamente, la vamos aprendiendo desde que somos concebidos, pero ahora toca cambiarlo.
¡Tú eliges!
Así que:
- Empieza a enfocarte en lo que sí quieres y hablar de esa forma.
- Habla de lo que te inspira, de lo que te hace vibrar y de lo que amas.
- Habla de oportunidades, no de problemas.
- Habla de tu futuro, no del pasado.
- Habla de lo que te abre, no de lo que cierra tu corazón.
- Habla de lo que funciona en tu vida, no de lo que no funciona o va mal.
Tomar acción
Hay una frase que corre por internet que dice: “si no sabes que hacer, no hagas nada”
Creo que es hora de desmitificar esta frase porque te invita a la inacción.
Es habitual que no sepamos lo que queremos, con lo cual, nunca haríamos nada.
No te das una idea de la cantidad de personas (entre ellas, clientes) que no saben lo que quieres o no lo saben definir.
Creo en la acción, pero planificada.
Hacer algo es infinitamente mejor que quedarnos quietos.
Define lo que quieres y toma acción. En la caja de información te encontrarás con un ejercicio para poder bajar a tierra aquello que quieres en tu vida y poder comenzar a materializarlo.
Tomar acción es ser proactivo en la vida. Las personas proactivas son aquellas que llegan más lejos, que consiguen sus objetivos.
Lo contrario de alguien proactivo es alguien reactivo.
Son aquellas personas que reaccionan al entorno, a lo que les pasa.
Quiero que pienses en alguien que tenga esta forma de ir por la vida, tal vez seas tú mismo, dime, ¿Han o has conseguido algo con esta actitud?
Piensa en la última vez que has materializado un objetivo ¿Ha sido sin hacer nada de tu parte?
Visualizar es una poderosa forma de comenzar a atraer lo que tú quieres, pero no lo es todo.
Has de bajar las ideas a tierra y tomar acción, hacer algo medible en este plano para saber cuándo has llegado a tu objetivo.
Muchísima gente se queda solo en el plano mental, como la imaginación o la visualización, pero hay que tomar acción para conseguir lo que quieres, si o si.
Si quieres ir a comer en tu restaurante favorito, visualizando que comes ahí ¿Hace que estés disfrutando de su comida o tienes que llamar, reservar, ir en persona, ordenar y comer?
La visualización te ayuda a estar enfocado, a animarte a tomar esa acción necesaria y te impulsa a conseguirlo, a ver las oportunidades que puedes tomar para conseguir aquellos que quieres.
Pues así en la vida.
Tomar acción enseña a tu cuerpo (mente inconsciente) que tú puedes hacerlo, además romperás el bucle negativo de la inacción y todos los pensamientos negativos que esto conlleva.
La vida es movimiento y cambios, genéralos tu mismo para sentirte vivo.
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Déjame un comentario que me encantará leerlo.
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