¿Sientes que tu cuerpo te acompaña con ligereza en tu vida o sientes que tienes que acarrear con él?
Si es la segunda opción, quédate porque te cuento como mejorar tu estado físico y qué tiene que ver con tu propósito.
Somos seres holísticos, no solamente una mente o un cuerpo, sino que éstos se amalgaman para funcionar de una determinada manera.
Somos el resultado de nuestro estado emocional, físico y mental.
Siempre hablo de los aspectos mental y emocional, por eso hoy, quiero abordar el aspecto físico.
Transcripción:
Si ya sabes cuál es tu rumbo, el cuerpo te va a acompañar y si no lo sabes, cuando te pongas en campaña de encontrarlo, el cuerpo será tu aliado.
No puedes sentir que acarreas un cuerpo ajeno a ti.
¿Empezamos?
Parece una obviedad que te diga que tenemos que estar saludables para estar bien ¿Verdad?
Es importante tener en cuenta la parte de la salud física biológicamente hablando, como también esa parte energética, más sutil.
La parte biológica es importante porque, no olvidemos, que en el cuerpo se sintetizan las hormonas y encimas que posteriormente, van a formar parte de nuestras emociones.
Las emociones son componentes biológicos que duran apenas unos segundos y que nos dan una información, a partir es ésta, se va a generar un pensamiento que, a su vez, va a retroalimentar la emoción.
Así que fíjate la importancia de tener un cuerpo saludable biológicamente hablando, para que esas emociones sean equilibradas y que sus procesos sean los adecuados para manifestarse frente a un estímulo.
Ya lo decían los antiguos taoístas hace más de 5000 años sobre la importancia de tener un cuerpo saludable y elástico.
Hablaban de la importancia de mantener los tendones flexibles para que el espíritu pudiera encajar cómodamente en su vehículo.
También hablaban del intestino como el segundo cerebro, que hoy es un concepto que está mucho más extendido.
El reconocimiento del intestino como segundo cerebro se debe (en parte) a que en él, se generan las hormonas y precursores de hormonas que se terminan manifestando en el cerebro (al viajar por el nervio vago), para luego generar pensamientos.
Ya sabemos que el intestino es una parte sumamente importante de nuestro organismo, en donde se absorben los nutrientes y se desecha lo que no sirve.
Imagínate la importancia de una nutrición adecuada para tener emociones equilibradas y biológicamente estables, dentro de la normalidad.
Continuando con la idea de la buena nutrición, quiero que te preguntes:
¿Cómo te sientes después de comer o almorzar?
¿Cómo te sientes después de cenar?
Si sientes sueño después de comer, no es normal, has comido algo que a tu cuerpo no le ha sentado bien. Éste es uno de los indicadores que más hemos normalizado, pero es una señal de que tu alimentación no está siendo la adecuada.
Es cierto que después de comer la energía se va a las distintas partes del sistema digestivo, para poder hacer la digestión, pero no es normal sentir un sopor que te deja casi inhabilitado.
Así que yo te invito a que empieces a observar que le sienta bien a tu cuerpo.
Otro de los indicadores es la inflamación, si después de comer estás excesivamente inflamado o incómodo, quiere decir que lo que has comido, no te ha sentado bien.
Así que, te recuerdo la importancia de una buena nutrición y estas dos señales te pueden ayudar a saber qué es bueno para ti, ya que en el intestino se generan una serie de sustancias que luego se convertirán en tus emociones.
Mantener tendones elásticos: esto es lo que recomendaban los antiguos taoístas. Al final, estamos hablando de la estructura: huesos y músculos.
No hay que ser extremadamente flexible o nada por el estilo, lo que es importante es ganar cierta flexibilidad y elasticidad.
Esto va a permitir una expansión en los órganos y músculos y va a permitir que estemos mucho más cómodos dentro de nuestro cuerpo.
Cuando te sientes demasiado contracturada (hay rigidez), puede ser causa o consecuencia de una rigidez mental.
Un cuerpo flexible te dará flexibilidad mental y más resiliencia ante situaciones adversas.
Esa capacidad de moverse que tienen las personas flexibles, luego se transfiere en su capacidad de adaptación.
Así que yo te invito que practiques, aunque sea 10 minutos, de alguna práctica de movimiento corporal.
Pueden ser estiramientos, yoga, Pilates, algo de cardio…
Mover el cuerpo y ganar un poco de flexibilidad es importante, pero tampoco te vuelvas loco o loca, porque esto enseguida se nos hace bola.
Así que, 10 minutos de tu ejercicio favorito, te va a favorecer muchísimo tanto el cuerpo físico, como la mente, porque no te olvides que están íntimamente relacionados.
Mover el cuerpo, aunque sea por esos 10 minutos genera endorfinas que son las hormonas de la felicidad y el bienestar.
¿Y qué más queremos que sentirnos bien?
Además, es una sensación de bienestar que no tiene ninguna razón de ser, y esto es muy importante aclararlo, porque quiere decir que lo podemos generar nosotros mismos sin depender de nada externo.
No tenemos que esperar a recibir una buena noticia, o a ver algo que nos guste para sentirnos bien.
Imagínate que lo puedes generar tú en 10 minutos cuando lo elijas.
Si estás triste, colérico o cualquier sensación o emoción incómoda que puedas llegar a sentir, te puedes poner a mover el cuerpo durante 10 minutos y te aseguro que esa emoción va a empezar a transmutarse.
No es que vaya a desaparecer, pero al mover el cuerpo se mueve la sangre y la energía que sigue a la sangre, también se va a mover, con lo cual esa emoción va a empezar a transformarse y a seguir su ciclo natural.
Así que es muy probable que no estés todo el día pegado a esa emoción incómoda.
El descanso es otra de las claves para un cuerpo saludable y que te acompañe en tu vida y no sientas tú que lo tienes que llevar a cuestas.
Se dice que lo más aconsejable es dormir 8 horas al día, aunque es cierto que hay personas que, durmiendo mucho menos, se sienten muy descansadas, mientras que otras que necesitan más horas de descanso.
Esta cantidad de horas también puede variar según la estación del año en la que nos encontremos.
Así que, si te levantas por la mañana y sientes que no has descansado, te invito a que pruebes dormir media hora más de lo habitual.
Si ves que no hay resultados, no es plan que vayas agregando 30 minutos cada día a tu descanso, tal vez necesites reducir tus horas de sueño y ver qué pasa.
Realmente, cada uno de nosotros sabemos si estamos más bien faltos de sueño o lo contrario.
Pero no te olvides de esas épocas del año en las que los patrones de sueño cambian, en general en el cambio estacional.
Todo esto forma parte de una auto observación, si te das cuenta, te estoy invitando todo el tiempo a que pongas la mirada en ti, que observes tus patrones de sueño, como te levantas, etc.
Y no solamente estamos hablando de la sabiduría interna en el dormir sino también, en los alimentos que elegimos.
Otro factor que influye en el buen descanso, son las pantallas con luz azul.
Es súper recomendable que dejes de ver los Smart TV, smartphones, tablets y ordenadores 30 minutos antes de ir a dormir.
Es importante que tu cerebro empiece a desconectar de esa tremenda cantidad de información que tenemos por minuto mirando estos elementos.
Así como de la luz azul, que es la que hace que el cerebro quede muy activo.
Antes de ir a dormir puedes hacer cualquier tipo de ejercicio suave o leer (en papel) y esto va a mejorar muchísimo tu calidad de sueño.
Un truco muy sencillo si te cuesta conciliar el sueño por la noche, o no has podido dejar de mirar la pantalla media hora antes te ir a la cama, es escanear todo tu cuerpo.
Una vez en la cama vas a empezar a llevar tu atención a los pies, para terminar en la cabeza.
Vas a nombrar cada parte de tu cuerpo, empezarás por los dedos de los pies, y vas a decir mentalmente «los dedos de los pies están relajados» pon tu atención en los dedos de los pies y esperas a sentir una sensación de hormigueo o pesadez características de la relajación corporal.
Vas a continuar por el empeine, por la planta del pie, el talón, el tobillo, y vas a ir repitiendo la misma frase.
«Mi pantorrilla está completamente relajada» y dejas que tu pantorrilla tenga la sensación de relajación, pesadez o cosquilleo.
Continuarás por la rodilla, muslos, nombrando cada parte de tu cuerpo.
Puedes ser tan minucioso como quieras en las partes del cuerpo, o puedes ir dando saltos más grandes.
Yo te recomiendo ir deteniéndote, aunque sea, en cada articulación, para lograr que la mente acompañe a ese estado de relajación y no ir corriendo estresados a querer hacer el ejercicio y dormir lo antes posible.
Tienes que tomarte tu tiempo, que además de ser muy poco (tan solo unos minutos), al final es una inversión que te va a ayudar a descansar mejor y a dormirte más rápidamente.
La respiración es otro punto importante en el bienestar físico, emocional y mental.
La respiración te puede ayudar a estar mucho más activo o mucho más relajado.
En general estamos sobre activados, y estresados.
Así que, detente durante el día para hacer respiraciones profundas. Es muy beneficioso.
Tal vez al principio tengas que obligarte a parar para hacerlas, pueden ser tres (como mínimo) o cinco para sentir a sus profundos beneficios.
Verás como tu cuerpo y tu mente te lo va a pedir en situaciones de estrés.
Es ideal que puedas hacer una respiración cuadrada, en dónde inhalas en la misma cantidad de tiempos en la que exhalas, retienes y vuelves a inspirar.
Puedes hacer la respiración de cuatro tiempos: inspiras en cuatro tiempos, retienes cuatro y exhalas en cuatro.
Si es tu caso que puedes exhalar o inspirar en más tiempos (o en menos), respeta tu ritmo, solo que tienes que mantener la misma cantidad de tiempo en la inhalación, retención y la exhalación.
¿Por qué es importante todo esto?
El cuerpo es nuestro compañero más cercano, nos acompaña a lo largo de la vida y lo tenemos que cuidar para poder ir juntos hacia un destino.
Cuando sabemos cuál es nuestro rumbo, el foco tiene que estar puesto en aquello que queremos conseguir.
Si nos sentimos mal, pesados o tenemos alguna enfermedad (y si es tu caso, tu rumbo puede ser mejorar la salud), la energía no estará disponible para elegir nuestra vida.
Si estamos todo el tiempo pendientes del malestar o estamos perdiendo horas productivas por comer mal y tener sueño después de comer, por ejemplo, toda esa energía la estamos gastando o drenando en algo que podríamos evitar.
¿Te pasa esto?
Si mantenemos una salud y un equilibrio en el cuerpo, toda esa energía que se va en tratar de acomodar los desarreglos que hacemos, quedará disponible para metas mucho más elevadas.
Como es la búsqueda y consecución de tu propósito y la toma decisiones a diario, para elegir tu vida.
Cuando te sientes bien con tu cuerpo, lo sientes ligero, liviano, saludable (y no estoy hablando de perder barriga o de tener las piernas más delineadas, aunque este es un efecto colateral beneficioso) y tu energía espiritual, mental y emocional, automáticamente va a empezar a ir en busca de esas áreas de autorrealización.
Para mí es sumamente importante no descuidar este aspecto del autocuidado.
¡Pero ojo!
No caigas en la trampa de pensar que hasta que no tengas esto resuelto, no puedes ir en búsqueda de tu propósito, puedes hacerlo en paralelo, pues lo consejos que te he dado, son muy simples y rápidos de aplicar.
Todo esto te irá acercando a tu vida ideal.
Y hablando de esto, aquí abajo vas a poder descargar un ejercicio que se llama “Diseña tu vida ideal» para que tengas clarísimo que es lo que quieres, puedas dejarte soñar con tu vida ideal, y que te va a servir como brújula para tomar tus decisiones.
Es un ejercicio que me encanta y lo hago cada cierto tiempo, porque para mí (y espero que para ti también) es la brújula para dirigirme a esa vida que realmente quiero.
Puedes acceder también al ejercicio «Cambia tu realidad con tus pensamientos» ya que con los dos, vas a tener un mapa para poder dirigirte hacia la vida de tus sueños.
Te mando un abrazo y nos vemos la semana que viene.
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