«Perdón, no quiero molestar», «¡Vaya rollo que te he metido!», «Quiero hacerlo perfecto para que nadie tenga nada que decir», «Quiero tener el plan B, C y D, por si acaso» ¿Te suena familiar? Esto es desvalorización, si quieres saber cómo revalorizarte, sigue leyendo.
¿Te has identificado con alguna de estas frases? Yo solía utilizarlas todas jajajaja y es que la desvalorización es muy sutil y, a veces, no nos damos cuenta que la llevamos puesta, es como cuando vamos al baño y salimos con papel higiénico pegado al zapato, hasta que alguien no nos lo dice, no lo vemos.
La desvalorización juega en contra de casi todas tus experiencias vitales, como por ejemplo:
- No practicar un deporte nuevo, porque no te crees capaz de aprenderlo,
- Evitar hacer una negociación para mejorar algún aspecto de tu vida, porque no te crees capaz de conseguirlo,
- Dejar pasar los problemas si solucionarlos implica una confrontación,
- Te sientes incómoda si tienes que pedir un favor.
Es importante reconocer que nos estamos desvalorizando (y ponerle remedio) para poder desarrollarnos sanamente en un grupo social, ya sea la familia, pareja, trabajo, amigos, ya que, como te dije antes, influye negativamente en todas las áreas de tu vida.
Tienes que saber, entender y CREER que eres merecedora de todo lo que deseas y que tienes la responsabilidad de intentar conseguirlo.
Sí, la responsabilidad, has leído bien. Una persona que se cree merecedora y que va a por un objetivo es una persona empoderada y una persona empoderada será más feliz y, creo que estarás de acuerdo conmigo, se requieren más personas felices en el mundo.
¿Te gustaría ser una de éstas personas?
Algo que suele ocurrir cuando te empoderas, es que la mitad de tus miedos se caen, porque ya no estás a merced de factores externos, sino que te mueve tu propia motivación. Cuando lo que te mueve es interno, eres imparable.
Además, empezarás a darte cuenta de que conseguir objetivos es más fácil de lo que habías imaginado, ya que, en general, en nuestra mente des-empoderada, todo sale mal y «perdemos» eso que buscábamos o quedamos peor de lo que estábamos. Te digo por experiencia propia, que, lo que tengas que dejar atrás, caerá y será lo que tiene que caer para dejar espacio a nuevas experiencias, relaciones y situaciones, mucho más acordes a tu nuevo paradigma particular.
También has de tener en cuenta que empoderarte, no quiere decir que lo conseguirás todo, tal vez haya objetivos que se te resistan o tal vez, decidas dejar algunos porque te consumen más energía de la que te podrían dar, pero lo que sí te aseguro, es que cada vez que desees algo, te vas a frotar las manos de la ilusión que te dará planificar su consecución.
Llegará un momento, en que el resultado te dará más o menos igual, tú eres una mujer poderosa para intentar conseguir todo lo que te propongas, así que te irás a por el siguiente objetivo.
No por nada dicen que para conseguir el objetivo has de «soltar» el resultado. Esto es muy cierto, así lo vivo yo.
Para empoderarte y dejar la desvalorización atrás, son claves:
- La acción.
- Dejar de esperar el momento perfecto.
- Esperar a perder el miedo.
LA ACCIÓN
Sin acción no hay resultados, es genial que visualices, que reces y que hagas rituales, todo ayuda, pero todo esto sin acción, es muy probable que no sirva de nada.
Todo cambio, empieza por una acción, aunque tengas inseguridad y pienses que eso no está a tu alcance, la acción te acercará al objetivo.
Estoy de acuerdo en que hay que cambiar la mentalidad, por supuesto, en mi programa «Soberanía Consciente» para encontrar tu propósito (que puedes encontrar aquí) es lo que trabajamos y es lo que te impulsa a pasar a la acción, pero hasta que hayas cambiado la mentalidad, HAZ ALGO.
Es como un entrenamiento, es ir dando pasos y sacudir el polvo de la apatía y la inseguridad que te cubre
¡La vida es prueba y error!
DEJAR DE ESPERAR EL MOMENTO PERFECTO
Un autoengaño muy común es esperar a que las condiciones sean favorables para dar esos pasos, pero esto es un gran ERROR.
Nunca es el momento propicio para remover nuestras creencias limitantes y miedos. No caigas en esta trampa.
Si vas a preguntar a la gente cercana a ver qué opina, pregunta a quienes te impulsen, a quienes te vayan a decir: ¡A por ello!
Procrastinar el paso que has de dar y convencerte a ti misma que todo está bien, es un signo de desvalorización muy habitual. Tienes que estar atenta a esto, porque te jugará en contra.
El perfeccionismo es otro síntoma de la desvalorización, quieres hacerlo todo perfecto y hacerlo «todo o nada» ésto, esconde el miedo al fracaso. En general, no tenemos las condiciones para hacerlo «todo», y, en consecuencia, nos quedamos con «nada». No digo que hagas las cosas a medias, pero empieza a hacer algo que represente el primer paso.
¡La vida es movimiento y cambio!
ESPERAR A PERDER EL MIEDO
Poco tengo que agregar en este apartado, te aconsejo que no te pongas a analizar qué miedo tienes, de dónde viene, quién te lo metió, de quién lo has heredado, etc.
Mira a alguna persona que admires, y reflexiona, ¿Crees que esta persona nunca tuvo miedo? Te aseguro que lo tuvo y que lo ha trascendido.
El miedo es una característica de nuestro cerebro primitivo. Si eres humano, tendrás miedo, además los humanos hemos refinado incluso el miedo. No solo tenemos miedo por sobrevivencia, también tenemos el miedo al fracaso, a la opinión de los demás, a la desaprobación, a la confrontación, a perder relaciones y tantos otros.
Con respecto a las relaciones, solo comentarte que las personas desarrollamos relaciones más estables y auténticas cuando hay honestidad y libertad, es decir, no hay miedo de decir y hacer lo que cada uno considera, desde el respeto y la asertividad, por supuesto. Y me refiero a todo tipo de relaciones, familiares, trabajo, amistades, pareja…
El miedo te da la oportunidad de ser valiente, así que agradécelo. Es incómodo, sí, pero del otro lado hay empoderamiento y logros.