¿Te preguntas qué tienen en común? Tus compañeros de vida han de ser el reflejo de tus más altos valores, pero también lo serán de tus sombras. Analízate a través de ellos, desde donde partes, y cambia para acercarte a tu propósito.
Encontrar tu propósito en la vida y hacer tu gran reinvención personal, es un proceso que no se hace en un mes. Tal vez te lleve años, quién sabe, lo importante es embarcarte y sacarte la idea de ir hacia un objetivo sin que importe el camino, porque el camino, es lo único que existe.
Hay personas que creen que el desarrollo personal es estar «guay» y felices y que TODOS los demás aspectos de sus vidas, sigan igual, pero esto no es así.
Durante ese proceso de conocimiento interior, de búsqueda y cambios, habrá gente que se aleje de tu vida, porque si tú cambias, cambia tu entorno ya que lo que vemos fuera es un reflejo de nuestro interior.
Si has de hacer ajustes en tu vida, te aseguro que habrá gente que se quede fuera, pero no te engañes, esto puede pasar de todas formas, hagas el cambio consciente o no.
Tienes que estar dispuesta a gestionar estas pérdidas y a seguir a delante, porque en el camino alineado con tu esencia, atraerás a personas más acordes con tu nuevo «tu».
El entorno es algo siempre cambiante y las personas que nos rodean, no son una excepción, sino que son parte de esa forma externa que nos envuelve.
Es necesario elegir con quien te relacionas, puesto que, para crecer tienes que estar con personas que te apoyen, que sean acordes a tus valores, desinteresadas y que quieran lo mejor para ti (no para ellas mismas) y a veces tu cambio, no será bien aceptado.
Haz la siguiente reflexión:
¿Cuántas veces te han aconsejado un determinado camino o solución para evitar el sufrimiento? pero no el tuyo, sino, ¡el de quien te aconseja!
¿Y cuántas veces lo has hecho tú?
Somos egoístas, nos movemos por el impulso de evitar el dolor, pero esto, no es estar en consciencia, esto es supervivencia y creo yo, que los seres humanos ya somos capaces de trascender este aspecto.
Por eso, quiero redefinir el término de «persona tóxica», yo lo llamaría más bien, «persona que todavía no es consciente de su poder».
No nos enseñan a gestionar pérdidas, ni a a vivir con el cambio, entonces, todo esto da mucho miedo y actuamos de manera egocéntrica.
Dicen que somos la media de las 6 personas con quienes tenemos más relación, analizar esto es una forma muy neutral de saber dónde te encuentras ahora.
Yo he ido cambiando estas 6 personas a lo largo de mi vida, siendo esto indicativo de que soy yo la que ha ido cambiando. Soltando y atrayendo nuevas personas.
A veces, es cuestión de darse un tiempo para analizar esa relación con perspectiva. Muchas veces, después de un tiempo de alejamiento por el motivo que fuera, me di cuenta que estaba metida en una relación que no me aportaba nada o que yo ya no podía nutrir.
Y, a lo largo de mi vida, me he alejado conscientemente de las personas que solo compartían conmigo drama, ya sea ajeno, o propio.
Y muchas personas se han alejado de mí también, porque recuerda, tú también puedes ser el orco (la explicación, más abajo).
¿No te ha pasado que cuando ves que cierta persona se pone en contacto contigo ya sabes que se quejará de alguna cosa o te dará algún tipo de mala noticia? y es que hay personas que nos «usan de cubo de basura» y muchas veces no nos damos cuenta.
O cuando terminas cansada o con sueño luego de interactuar con alguien, en este caso, es probable que haya «recargado pilas» con tu energía.
Son personas que necesitan escucharse a sí mismos, pero no les importa lo que tú dices. Son conversaciones unilaterales, como monólogos.
¡Ojo, revisa que esa persona, no vayas a ser tú!
Reconozco que yo también he sido tóxica para alguien, y así como ellos no están ya en mi vida, yo no estoy en la de ellos.
En conclusión:
1- Asume los amigos (y los problemas que traigan) que seas capaz de gestionar en cada momento vital en el que te encuentres.
2- Rodéate de personas sensatas, que expresen su opinión sobre lo que les compartes y no te digan a todo «que sí», o te castiguen por todo lo que hagas. Que te impulsen y te hagan crecer. Que sean capaces de contradecirte, desde el cariño y el respeto.
3- Agradece por todas las personas con las que hayas tenido alguna relación, por superflua o corta que haya sido, pues te han aportado algo, te han enriquecido, aunque ya no estén en tu vida, siguen formando parte de tu historia.
¿Te has planteado ya que, a veces, el «tóxico» eres tú?
Esto me lo hizo notar mi ex-pareja: mirábamos El señor de los Anillos. Me hizo dar cuenta que nos identificamos con los Elfos, cuando en realidad, somos los orcos, o por lo menos, en muchas ocasiones, nos transformamos en ellos.
Cuando no respetamos a los demás, cuando solo pensamos en nosotros mismos, cuando aconsejamos en base a lo que nos alejaría de nuestro propio sufrimiento, nos convertimos en el orco.
Así que mi último consejo es: revisaTE primero y luego, revisa la calidad de las relaciones que estás manteniendo.
A veces, solo basta con cambiar una actitud propia o simplemente decir NO, con firmeza y cariño para que esa relación se transforme en algo nutritivo.
Para reconectar con este propósito que YA llevas dentro, es necesario depurar las relaciones, sacar su brillo y redefinirlas.
Sabes que adoro escribir, así que mi propuesta es que apuntes tus relaciones y evalúa estos aspectos, tanto lo que no te aporta como lo que puedes hacer para cambiarlo.
Recuerda: enfoca en ti y las acciones que TU puedas llevar a cabo.
Si buscas un cambio, pero no sabes por dónde empezar, podemos charlar y definir tu hoja de ruta. Agenda en mi calendario una cita «uno a uno» para conocernos AQUÍ.