¿Por qué esto es importante? ¿A quién le puede importar cómo estoy o qué hago? ¿Qué tiene que ver con mi propósito de vida?
Todos impactamos en nuestro entorno. Siempre digo que el bienestar es una responsabilidad y no algo que nos pasa ajeno a nosotros. Este impacto del que voy a hablar hoy, tiene mucho que ver con el bienestar.
Muchas veces pensamos que pasamos desapercibidos por la vida, pero esto es simplemente imposible.
Por más que quieras ir de puntillas, sin que nadie te vea o te escuche, tienes una presencia, un campo energético que influye en el entorno.
¿Te suena extraño? Sigue leyendo que te cuento lo que me pasó, que me hizo dar cuenta de esto y por qué es importante.
Lo que me hizo dar cuenta de mi impacto en el entorno
La otra vez, fui a uno de mis bares favoritos. Me encanta la propuesta de brunch que tienen y como voy a menudo, conozco a las camareras. Sobre todo, a una de ellas porque es mexicana y adoro su acento.
Cuando se acercó a tomar el pedido, le comenté que la otra vez que había estado, no la había visto y que me había preguntado si ya no trabajaría más en el bar y que verla hoy, era buena noticia, pues seguía en este sitio.
Me devolvió una gran sonrisa y cero explicaciones. Yo no las pretendía, pero mi desvalorización, que de vez en cuando, me juega malas pasadas, me «dijo» que era normal que la chica no me hiciera comentarios, o que no me diera conversación más allá del pedido, ya que ellos ven a muchísima gente y ¿Cómo iba a pretender que me recuerde a mí?
Es fácil para los clientes recordar a los camareros, pero no lo es a la inversa ya que los camareros ven a una infinidad de personas cada día.
Me reí de mi misma con cariño y me fui del bar al terminar ese delicioso brunch.
Días más tarde, nos encontramos en la calle, yo iba de camino a casa y ella estaba haciendo tiempo para entrar a trabajar. A verme, me regaló una gran sonrisa. Casi no la reconozco, fuera del bar.
Me dice que ha perdido su día de fiesta ya que una compañera, se lesionó la espalda.
Estuvimos hablamos unos minutos, y un rato después, nos despedimos.
De esto ya ha pasado más de una semana y recién hoy, caigo en la enseñanza de la experiencia: todos tenemos un impacto en la vida de todos.
Yo pensaba que ella ni se acordaba de mí, pero lo cierto es que, de alguna manera, impacté en su realidad como para que me reconociera, sonría y charláramos un rato.
Parece una anécdota insignificante, casi banal, pero no lo es. Las grandes enseñanzas son las pequeñas cosas que pasan en el cotidiano de cada uno. Solo hay que ir atento para verlas.
Lo que aprendí, ¡Toma nota!
Me encanta que la gente del barrio se pare y me salude, que me sonrían y compartamos pequeñas historias.
Pero esto, no es suerte o casualidad, lo he atraído con mi vibración y con mis acciones.
Yo quiero ser parte de esta red de amabilidad y colaboración y para eso, tengo que cuidar mi estado, sentirme bien para poder compartirme.
Piensas según sientes y sientes según piensas y la realidad es un reflejo de esto. Si tu exterior es cordial y ameno, es porque tú lo estás creando desde tu interior.
De ahí la importancia de cuidar tu impacto en el entorno pues esto va a retroalimentar los pensamientos y emociones positivas en ti.
Y no podemos escapar a este hecho.
También es cierto que las personas percibimos las vibraciones del otro ya que TODO es vibración.
¿Te ha pasado alguna vez que estás con una persona cercana, una amiga o una pareja y percibes que algo ha cambiado?
Sin que suceda nada relevante, tal vez en medio o después de una conversación, un comentario…
Con las personas conocidas es obvio el cambio, pero también sucede con las no tan cercanas.
Este cambio, sutil pero notorio y nos lleva a la típica pregunta:
¿Qué te pasa? ¿Estás enojado/a? ¿He dicho algo que te molestó?
Y aquí es donde el otro dice que si o que no, pero diga lo que diga, tú has percibido algo. Lo sientes y es innegable para ti.
Conclusión y propuesta
Todo es energía, los pensamientos y emociones no son una excepción.
La comunicación se basa en la energía que transmitimos y que percibimos, ya sea de palabra, pensamiento o emociones y esta energía vibra y reverbera dentro y fuera de nosotros.
Para percibir una realidad satisfactoria, has de trabajar en tus filtros, ya que ves la realidad según te sientes.
Con trabajar en tus filtros, me refiero a reconocer la emoción, aceptarla y extraer el mensaje para transcenderla (ni reprimirla ni cambiarla).
Para que todo esto no se quede en una lectura más, te propongo que ahora mismo respondas a estar preguntas. No pienses demasiado las respuestas.
– ¿Cómo te sientes?
Responde con una palabra o una frase corta.
– ¿Qué mensaje puedes extraer sobre lo que sientes?
Escribe libremente, has una lluvia de ideas o sensaciones o ve haciendo un listado.
Si no logras dar con el mensaje, tal vez, ése sea el mensaje: estás perdida/o en la emoción y necesitas pedir ayuda.
No dudes en hacerlo.
– ¿Qué acción o acciones están en tu mano y a tu alcance para transcender o transmutar lo que sientes interactuando con tu exterior?
Aquí también harás una lluvia de ideas en forma de párrafo o un listado. Incluye la posibilidad de pedir ayuda en este apartado si ves que no puedes tu sola/o.
Puedes seleccionar las ideas que sean aplicables en el corto plazo y llevarlas a cabo para sentir un cambio real.
Trabaja en ello el tiempo que sea necesario. Pon foco, ve de a una cosa por vez hasta que veas resultados sostenibles en el tiempo.
No tengas prisa, es mejor hacer las cosas de a poco que querer abracarlo todo y terminar agobiada y sin hacer nada.
La relación con el propósito
Un impacto positivo en tu entorno, habla de un interior sano o equilibrado.
Alinearte con tu propósito hace que seas una persona decidida, que sabe poner límites, alegre y equilibrada emocionalmente.
Te alegras por los triunfos de otras personas, porque sabes que también son los tuyos.
El propósito te conecta con todo esto, te hace sentir la sensación de unidad que somos.
Y mientras estás en el camino de encontrarlo, el ejercicio de ser amable y escuchar más a quienes te rodean, te abrirá la mente y la predisposición.
El propósito vital tiene mucho que ver con impactar positivamente en tu comunidad, no solo a ti misma/o y a tus seres más cercanos.
Nutrir a tu entorno, te nutrirá a ti misma/o y viceversa. Siendo un sistema cerrado que no tiene un principio, lo podemos alimentar en cualquier punto.
Entonces, un impacto positivo en tu exterior, tendrá un impacto también positivo en tu interior y por consiguiente, unas emociones más elevadas y unos pensamientos más nobles que atraerán lo mismo de vuelta.
Por eso, cuando sientas que no puedes gestionar tus emociones, gestiona tu entorno, te ayudará a alcanzar ese bienestar de cual somos responsables.
Solicita tu sesión gratuita de asesoramiento para saber los próximos pasos en la búsqueda de tu propósito vital.