En general, estamos acostumbrados a tener una opinión (un juicio) sobre casi todo y pocas veces lo cuestionamos, es cierto, que más fácil cuestionar los juicios de los demás, pero hacerlo con los nuestros nos aporta verdaderos beneficios. ¿Quieres saber cuáles?
¿Qué beneficios te trae enjuiciar las opiniones ajenas? Yo diría que ninguno, pues te vas a consolidar o polarizar más aún en las tuyas, y esto con el tiempo, se convertirá en tener pocas y muy sesgadas opiniones, que a su vez, se trasladará a tus relaciones, situaciones vitales, las emociones serán menos variadas y más polarizadas también. Así que la próxima vez que te pilles juzgando la opinión de alguien ¡Felicidades! Tienes la oportunidad de crecer.
Yo creo que sí es positivo reflexionar sobre las opiniones de los demás, esto sí que aporta valor, porque al reflexionar (que no, juzgar), puedes evaluar las tuyas propias, comparándolas y así ampliarás tus miras, diversificarás el punto de vista, desarrollarás mucho más la tolerancia y el entendimiento y, sobre todo, te darás cuenta que no todos vemos el mundo igual, ni mucho menos que tu opinión es la correcta, simplemente, porque no existe la opinión correcta.
Entonces, ya hemos visto que juzgar a los demás (o a sus opiniones que es lo mismo) no sirve de nada. Solo nos drena y malgastamos nuestra preciada energía mental.
Lo realmente importante aquí, es mirarse a uno mismo y, si estás leyendo esto porque has estado trasteando un poco en lo que hago, estoy segurísima que estarás de acuerdo conmigo en este punto.
La auto-observación es clave para crecer como personas, y practicándola, nos daremos cuenta de que tenemos un sinfín de creencias limitantes, juicios y opiniones sobre determinadas situaciones, hipotéticas o reales, de otros o propias.
Todo este conjunto de juicios, no hacen más que limitarnos. Es cierto que cada uno de ellos se ha creado con un objetivo, y es el de protegernos y obtener un aprendizaje, pero no pueden quedarse ahí para siempre, muchos de ellos están obsoletos.
¿Cómo darte cuenta de los juicios que hay que cambiar?
Esto da más bien igual. Yo te invito a que los vayas revisando todos, según vayas viendo la necesidad.
Una aclaración: en este caso, llamo «juicios» al conjunto de creencias, valores, opiniones y «lecciones aprendidas» que son este tipo de aprendizajes por dolor, como por ejemplo: «me he disculpado, pero me ha dicho de todo menos bonita, así que ya «aprendí la lección»: no volveré a disculparme con nadie».
Si hay un tema de la vida que se te resista, hazlo, evalúa este juicio cuestiónalo
Y aquí es donde entra la pregunta de poder ¿Y por qué no?
Es como una llave que abrirá espacios nuevos de consciencia. Para mí es una pregunta mágica, como todo lo que es simple, porque al hacerla, algo muy profundo en ti, responde:
«ES VERDAD, ¿POR QUÉ NO?»
Es como cuando le cuestionas algo a algún amigo, cuando notas que esa persona está enfrascada en alguna creencia limitante o en una maraña mental de «peros» y de repente, al planteártelo a ti tú le dices «pero, ¿Y por qué no? y esa persona se queda callada, mirándote como si hubieses inventado la pólvora ajjajajaja. No sé si alguna vez te pasó, a mi sí, yo fui la que se quedó mirando a quién me hizo esa gran pregunta y lo agradecí profundamente.
Esta gran pregunta, te confronta con tus «peros», con tus excusas y con tus creencias limitantes, es una pregunta para reflexionar sobre la parte de ti que está impidiendo ese bienestar que se encuentra del otro lado, eso que deseas, que buscas.
Además, invita a la acción, al hacer la reflexión, es probable que cambies algo. Aunque sea internamente, que no es poco.
Te doy un ejemplo para que quede súper claro el concepto:
-«No me veo estudiando un idioma a mi edad, uff eso es para jóvenes que son muy rápidos y pillan todo a la primera»
-Pero, ¿Y por qué no?
Primero habrá un silencio metal (eso es bueno)
Luego saldrán todas tus creencias limitantes con respecto a eso:
-«Soy mayor, no soy demasiado rápida mentalmente, me cuesta entender conceptos nuevos, mis compañeros serían más jóvenes y, por lo tanto, yo atrasaría al grupo y eso me generaría malestar, suspendería los exámenes y eso me produciría vergüenza, me da pereza porque lleva mucho tiempo, con quién voy a practicar, etc.»
-Pero, ¿Y por qué no? (Por segunda vez)
Desde ese infinito espacio que se abre en nuestra consciencia, salen respuestas:
-«Puedo tomar clases individuales, online, comenzar con videos de YouTube, yo sola, ver qué tal se va dando…Puedo comprar un libro de ejercicios. Si no me pongo un objetivo y quiero disfrutar del aprendizaje, ¿Qué importa lo que tarde?»
Este diálogo es contigo misma/o, no necesitas que alguien te diga las respuestas, vendrán solas. ¡Inténtalo!
Auto-cuestionarse todo, especialmente eso en que la respuesta te sale a la primera, que tienes muy interiorizado (porque es lo más antiguo), es muy sano. Siempre pueden reajustarse y actualizarse las creencias, se pueden cambiar patrones de pensamiento viejos, maneras de actuar, de sentir y eso repercutirá positivamente en todas las áreas de tu vida porque cambiarán cosas y la vida es cambio.
Te invito a que, según termines de leer esto, busques tu libreta y escribas una afirmación limitante y te hagas la GRAN pregunta, a ver que surge. Practica, no pasa nada que al principio no te salga tan fluido.
¡Feliz transformación!
Esta pregunta te llevará más rápido a hacer realidad tu propósito de vida y yo te puedo ayudar a descubrirlo.